Voces Locales: Cómo el Corredor Biológico Ha Cambiado Nuestras Vidas

El Corredor Biológico de Panamá es un ejemplo fascinante de cómo la conservación ambiental puede tener un impacto profundo en las comunidades locales y en la biodiversidad. Este corredor se extiende a lo largo de la región del Istmo de Panamá y conecta diversas áreas de bosques y parques nacionales, creando un puente ecológico crucial para la migración y la supervivencia de muchas especies… Y entre ellas, se encuentra el Homo Sapiens, es decir, ¡nosotros!

Una ruta de oportunidades

Un agricultor local nos cuenta que antes de la creación del Corredor Biológico, se notaba una disminución en la variedad de aves y animales que solían visitar nuestras tierras. Ahora, cada mañana, el residente en Penonomé, escucha el canto de aves que no había oído en años. Su perspectiva con respecto a su entorno ha cambiado, no solo a él, sino a nuevas generaciones. “Además, el ecoturismo ha traído nuevas oportunidades económicas a nuestra región”, mencionó el campesino.

“El Corredor Biológico ha sido una fuente invaluable de conocimiento para nuestros estudiantes. Antes, nuestros recursos educativos sobre la biodiversidad eran limitados. Ahora, llevamos a los estudiantes a excursiones para observar la flora y fauna local, y esto ha encendido una pasión por la naturaleza en ellos. Muchos han decidido estudiar carreras afines a la Ciencia, gracias a estas experiencias. Ver a nuestros jóvenes emocionados por el medio ambiente es una recompensa inmensa para todos nosotros”, así detalló con muchísimo orgullo una educadora de la región de Coclesito.

Especies como el jaguar y el tapir han aumentado su población en los últimos años. “Los datos muestran un aumento en la población de estas especies desde que implementamos el corredor. Además, la colaboración con las comunidades locales ha sido clave para el éxito del proyecto. Los habitantes están más conscientes de la importancia de proteger sus recursos naturales y están activos en la conservación. Este cambio en la mentalidad ha sido uno de los logros más significativos del proyecto”, cuenta un biólogo panameño.

La propietaria de un alojamiento en Colón cuenta también su experiencia: “El Corredor Biológico ha traído un flujo constante de turistas interesados en la naturaleza a nuestra región. Al principio, era escéptica, pero ahora veo cómo el ecoturismo ha beneficiado a mi negocio y a la comunidad en general. La gente viene no solo a disfrutar del paisaje, sino también a aprender sobre la importancia de conservar nuestros recursos naturales. Este turismo sostenible ha generado empleos y ha mejorado la infraestructura local, lo que ha sido un gran impulso para nuestra economía.”

Estos testimonios demuestran cómo el Corredor Biológico de Panamá no solo ha favorecido la conservación de la biodiversidad, sino que también ha tenido un impacto positivo en las comunidades locales, ofreciendo oportunidades económicas, educativas y una mayor conexión con la naturaleza.

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