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Los corredores biológicos son áreas de conexión entre hábitats naturales que facilitan el movimiento de especies y la interacción genética entre poblaciones. Su diseño y creación son fundamentales en la conservación de la biodiversidad y en la reintroducción de especies en peligro de extinción.
Rol de los corredores biológicos en la reintroducción de especies:
- Facilitan el movimiento: Los corredores permiten que las especies se desplacen entre diferentes áreas, lo que es crucial para la búsqueda de alimento, la reproducción y la expansión de sus rangos geográficos.
- Conexión genética: Al unir poblaciones aisladas, los corredores biológicos promueven el intercambio genético, lo que ayuda a prevenir la endogamia y mejora la salud genética de las poblaciones reintroducidas.
- Reducción de conflictos: Proporcionan rutas seguras que minimizan el contacto con zonas urbanas o agrícolas, disminuyendo así los conflictos entre humanos y fauna.
- Mejora del hábitat: Al restaurar y conectar ecosistemas, los corredores pueden aumentar la disponibilidad de hábitats adecuados para las especies reintroducidas, facilitando su adaptación.
- Aumento de la resiliencia: Los corredores ayudan a las especies a adaptarse a cambios ambientales, como el cambio climático, al proporcionar rutas hacia hábitats más adecuados.
- Educación y sensibilización: Su creación puede servir como herramienta educativa, involucrando a las comunidades locales en la conservación y promoción de prácticas sostenibles.
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En Panamá, el corredor biológico mesoamericano ha sido establecido para asegurar que especies de medianos y grandes felinos puedan moverse entre áreas protegidas, vital para su supervivencia.
De hecho, en Veraguas, durante los 18 meses se trabajó en la restauración y recuperación ambiental e integrar así un Corredor Biológico entre las Áreas Protegidas de la Reserva Forestal de Alto Guarumo y la Reserva Forestal La Yeguada beneficiando directamente a más 600 personas de 26 comunidades rurales, en extrema pobreza y de difícil acceso, de los distritos de San Francisco, Santa Fe y Calobre de la provincia de Veraguas, quienes recibieron pago por realizar las diferentes acciones ambientales a través del modelo de incentivo económico de “Jornales Verdes o Cash for Work”.
En la selva de Coclesito, el proyecto Cobre Panamá, además de las cientos de científicos involucrados, ha incorporado también a la comunidad, quienes además de crear sus propias fincas sostenibles, forman parte de los proyectos de restauración y recuperación de los bosques aledaños a la mina. Como resultado de estas extensas áreas recuperadas, se ha registrado el regreso de múltiples especies al ecosistema local.
En resumen, los corredores biológicos son una estrategia clave en la conservación y reintroducción de especies, al promover la conectividad, la diversidad genética y la resiliencia de los ecosistemas.